Un estudio de Boston Consulting Group identificó la relación entre prácticas organizativas y el rendimiento de las organizaciones. Las prácticas ágiles de trabajo son las más críticas de estos factores. Las empresas ágiles tienen hasta cinco veces más probabilidades que sus iguales de convertirse en las mejores en rendimiento. También es más probable que incluyan otros elementos, lo que es significativo porque una empresa que incorpora a los seis factores identificados se beneficiará de un efecto multiplicador. Su probabilidad de convertirse en la que ostenta un mejor desempeño se incrementa a más del 50%. Las empresas verdaderamente ágiles adoptan un enfoque integral. Pueden empezar adoptando prácticas ágiles comunes, tales como equipos "scrum", sprints, reuniones "standup" y entrega ágil de software. Pero no se detienen ahí. Más bien, crean agilidad en toda la organización. Por ejemplo, pueden crear modelos ágiles de liderazgo en los que los gerentes de línea se conviertan en entrenadores y los equipos tengan suficiente autonomía para alcanzar los objetivos establecidos. O pueden introducir la agilidad en los procesos de recursos humanos, por ejemplo estableciendo una plataforma de talento ágil y asegurándose de que los fáctores críticos de éxito relacionados con la agilidad se incorporen a las prácticas de gestión del rendimiento.

Enlace original: Mejorar el rendimiento a través de prácticas organizativas